Estruendoso fracaso.


Fracaso, papelón, humillación internacional, póngale el rótulo que mejor le parezca a la paupérrima presentación de Junior de Barranquilla en la Copa Libertadores de América.
El equipo dirigido por Luis Fernando Suárez toco fondo al caer estruendosamente ante un muy superior Palmeiras en Brasil. 
Lejos de las declaraciones del técnico colombiano, quien afirma que el resultado fue muy amplio para lo visto en el partido, la realidad  es que la derrota y la goleada pudo ser mucho mayor de no haber sido por la buena actuación, del único jugador rescatable del plantel, Sebastián Viera.
El uruguayo con sus atajadas evitó que la humillación fuera por al menos 6 goles.  
Lo cierto es que Junior es el peor equipo en el todo el torneo continental, no ha conseguido anotar un solo gol  y en consecuencia carece de puntos.
El cuadro rojiblanco llegó con altas expectativas para esta edición de la Libertadores, en contraste se encuentra ejecutando la peor campaña de su historia en el mismo. Su terrible presentación solo se compara y/o se iguala a la Deportivo Táchira (1980), Sport Boys (1985), Sporting Cristal (2001) y Universitario de Deportes (2014), quienes también iniciaron el torneo con cuatro derrotas consecutivas sin anotar gol (dato de MisterChip).
¿Quiénes son los responsables? TODOS! Iniciando por la cabeza, el cuerpo técnico de Junior se nota sin brújula, sin norte, sin tener una idea de juego clara y sin tener alguna variante que ofrecer. Ese mismo cuerpo técnico que fue elogiado en su llegada, hoy es vituperado por gran parte de la hinchada Juniorista. Y es que no es para menos, Suarez fue traído y nombrado por la directiva por su amplio recorrido nacional e internacional, sin embargo sus decisiones erróneas empezaron desde el momento que solicitó a dedo quien debía ser el refuerzo estrella del equipo (Matías Fernández).  A esto, sumémosle que no presenta variantes en las lecturas de partido, con excepción de un único cambio hecho ayer en la titular, siempre repitió nomina y táctica ante todos los rivales sin importar que el resultado seguía siendo el mismo: falta de fútbol, falta de profundidad y falta de gol.  Como si fuera poco, el manejo intrapartido también deja mucho que desear, cambios tardíos en todos los partidos, siempre espero ir abajo en el marcador para mover la banca. Sinceramente, sigo sin comprender la pasividad extrema que refleja.  Como gota que rebosa el vaso, están sus equívocas declaraciones, lejos de esperarse una fuerte autocrítica, tanto técnico como jugadores cierran el ciclo con frases como “jugamos bien” o “el resultado es muy amplio para lo que se vio en cancha.”  ¿En serio? ¿No podemos encontrar al menos algo de vergüenza propia o de humildad y autocrítica en los responsables?
Pero no toda la culpa es de Suarez, los jugadores tienen un 50% de responsabilidad en esta catombe. O es que ¿dónde están los llamados referentes del equipo? ¿qué paso con los dos reyes de América que venían a brillar en la Libertadores? Teófilo no pudo con la responsabilidad de liderar un equipo que era favorito internacionalmente, la carga en sus hombros para aparecer en los momentos de verdad fue muy alta para él.  Otros que llegaron para sumar, como Fernández, lo que han hecho es restarle al equipo.  Desde su llegada más se conoce sobre su astronómico sueldo que sobre su fútbol, ese fútbol jamás pisó el Ernesto Cortissoz.
De los que se esperaba una mayor respuesta como Díaz y Cantillo, se cayeron a pedazos. Uno se quedó en Japón con la selección Colombia  y ya solo piensa en su próximo destino fuera del país, mientras que el otro, se concentró en ejecutar “pases correctos” hacia atrás, hacia los lados, pero nunca hacia adelante. El que se estaba proyectando como el mejor lateral de Colombia, Gabriel Fuentes, no pudo con la presión y simplemente se desmoronó. 
La mala suerte estuvo con los centrales, siempre había uno lesionado y en sus retornos todavía no están al nivel esperado.
Y así puedo enumerar a todos y cada uno de los jugadores de la plantilla, cada uno con grandes falencias individuales que terminaron con un resultado colectivo terrible.
Sin embargo, mas allá de los bajones en los niveles aptitudinales de cada uno, hay algo que no es negociable: la actitud.
¿Dónde están las ganas de un profesional de hacerlo bien en su trabajo? ¿dónde está el hambre de gloria de un deportista? Parece que todos (jugadores y técnico) estuvieran bastante conformes con lo obtenido, diera la impresión que están en una zona de confort y que poco les importara la inversión hecha por los dueños y/o la ilusión de toda una hinchada.
Yo no pedía o exigía un titulo de Libertadores, es obvio que si soñaba con ella, por lo hecho en el semestre anterior, por lo que se sostuvo, por lo que se trajo, había material para soñar.  Pero jamás y nunca imaginé que estaríamos eliminados tan temprano y de una forma tan nefasta, nunca pasó por mi cabeza ser el último equipo en todo el torneo o llegar a jugar cuatro partidos sin poder gritar, por lo menos, un solo gol de honrilla.
Terrible panorama, internacionalmente pareciera que ya todo está perdido, incluso el pase a Sudamericana. ¿Es tiempo de concentrarnos solo en la Liga? Si sigue el “invicto de empatitis” fácilmente nos quedamos también afuera de los ocho. 
¿Será que Suárez se juega la continuidad en los próximos partidos? Particularmente, no soy promotora de rescindir de su contrato en este momento, mucho menos para traer otra vez a Comesaña.
Muy jodidos, y perdónenme la palabra, estamos si el único técnico que puede con los jugadores y con la supuesta a idiosincrasia de esta ciudad es Avelino. Agradecida con él sí estoy por lo obtenido en su último ciclo, pero pienso que ya ese ciclo se cerró y de la mejor forma. Volver atrás, sería más de lo mismo, más de la rueda de siempre, y por eso es que Junior no tiene jerarquía internacional.
Los dirigentes que hagan su acostumbrado cónclave y que ahí pellizquen y hagan los respectivos llamados de atención. Los millones no compran jerarquía, pero tampoco están para tirarse a la basura.  A los jugadores y al técnico se les debe exigir, como mínimo, una actitud competitiva acorde a los estándares de la institución.


Junior prácticamente se despide de la Libertadores.




Duro golpe recibió Junior al ser tempranamente eliminado de la Copa Libertadores tras una nueva derrota en el certamen, esta vez a manos del equipo peruano Melgar de Arequipa.
Con este resultado, Junior acumula tres derrotas en línea en el torneo continental, lo que lo ubica en el último lugar de la tabla de posiciones con cero goles a favor, colocando en riesgo incluso la posibilidad de clasificarse a la Sudamericana como sucedió el año inmediatamente anterior.
La presentación del equipo rojiblanco fue pobre y parca de principio a fin, errores desde lo táctico, lo colectivo y lo individual hasta errores gruesos en la lectura y el manejo del partido por parte del director técnico.
Lo anterior se puede comprobar al aceptar que la única opción clara de gol del partido fue al minuto 86 con el remate de larga distancia de Sebastián Hernández. 
¿Culpables? Todos, jugadores y cuerpo técnico. No creo esa teoría del supuesto cajón a LFS, o acaso ¿alguien lo obligó a escoger la titular, a insistir en el mismo planteamiento o a demorar los cambios? Ahora bien, los jugadores tampoco son exentos de culpa, ¿dónde está la actitud ganadora? ¿Dónde quedó la ambición internacional?
Hoy hay muchas interrogantes para Luis Fernando Suárez: ¿por qué siguió insistiendo con una titular que no ha podido despegar local ni internacionalmente?, ¿por qué dio tanta espera para mover el equipo cuando era evidente que el rival estaba siendo ampliamente superior? Es claro que los once elegidos no eran los que debían ser titulares, el nivel de Matías Fernández aun no le da para ser titular, sus pases siguen siendo lateralizados y carentes de profundidad, su presencia en el campo no brinda claridad y por el contrario enlentece mucho mas el juego de Junior.
Sumado a eso, Víctor Cantillo parece estar en un bache gigante en su nivel futbolístico, lejos quedo el jugador que con pases claros y limpios sacaba el balón y se asociaba con los jugadores ofensivos del equipo.  Igualmente Teofilo sigue escondido en los partidos claves, perdido arriba entre defensas rivales, su aporte fue prácticamente nulo para las aspiraciones del equipo.
A los laterales parece que se les terminó el aire antes de tiempo, Piedrahita errático en los pases, impreciso en la marca e inefectivo en los intentos de centros desde los costados, su banda es una invitación al ataque rival. Por su parte Gutiérrez, fue uno de los dos jugadores con mejor presentación en el juego, intentó sin éxito desbordar por su banda, por lo menos se le abona la actitud durante los 90 minutos.
La defensa… un desastre, Pérez no ha regresado a su nivel después de la lesión, Ditta sigue siendo muy joven y novato para afrontar estas responsabilidades y Viera fue quien nos salvó de un ridículo mayor, aunque se vio comprometido en la acción del gol.
En términos generales fue un partido desastroso que terminó con la derrota que redondea un fracaso estruendoso del cuadro tiburón. Sí, fracaso, no hay otro rótulo para la situación.  La apuesta hecha por las directivas no surtió efecto, la inversión económica hecha en jugadores y cuerpo técnico tenia un norte claro: avanzar y pelear por el titulo de la Libertadores, en contraste quedamos eliminados después de tan solo tres fechas de juego, donde perdimos dos partidos como locales ante nuestro verdugo internacional Palmeiras y ante el último de Argentina, San Lorenzo y uno como visitante ante el equipo ubicado en la posición 14 de esa Liga.
La evaluación en la línea de tiempo de este semestre de Junior no es positiva, inicialmente se creo una gran expectativa por los destellos de buen fútbol que habían, después se disminuyó a posesión y oportunidades sin gol, luego a posesión sin oportunidad de gol y ahora a no tener posesión ni oportunidad de gol.
Ya el tiempo se acabó, se le dijo muy temprano adiós a la libertadores, ahora queda pelear por intentar un paso a Sudamericana y/o lograr un nuevo título en la Liga, lo cual parece ser el contentillo de muchos con el “invicto mentiroso” que ostenta el equipo en Liga.
Mentiroso, porque mas allá de estar invictos, hay que analizar y entender que es una seguidilla de empates con sabor a derrota, que afortunadamente para nosotros, nos alcanza para ser líderes de un mediocre torneo FPC.