¿Por qué no podemos ser críticos con respeto siendo hinchas y/o periodistas?
Respetando todas las opiniones escuchadas y leídas, compartiré la mía. Soy del grupo de personas que piensa que tras
la derrota en cuartos de la Liga Águila el semestre se encasilla bajo el rotulo
de fracaso. Es un fracaso porque sencillamente no se consiguieron los objetivos
trazados acorde a la inversión realizada en el equipo. Se inició un semestre
con propósitos y metas claras, para eso se contrataron refuerzos de calidad y
de alto costo, para eso se repatrio a un técnico de experiencia y andamiaje y
gracias a todo lo anterior se reconstruyó la relación entre el equipo, la
hinchada y los directivos.
Los objetivos eran claros, el equipo participaba en tres
campeonatos y si bien el sueño latente era el triplete, con una doble corona se
hubiera podido decir que se pasaba con honores el semestre, es más, con solo
alcanzar la Liga la sensación hubiera sido distinta. Sin embargo no se pudo, la
plantilla completa se rajó finalizando el semestre y de tres puntos para
aprobar, solo alcanzó el más pequeño. Si
bien es cierto que la Copa Águila era uno de los objetivos a alcanzar, también es
verdad que en relevancia era el menos importante para todos. Rebobinando un poco en el tiempo, esa misma
Copa fue alzada por un equipo que estaba olvidado por sus directivos, sin
inversiones millonarias y sin expectativas altas como el actual. Entonces, no
se puede esperar que hoy celebremos únicamente la misma copa con la inversión realizada
y con el apoyo recibido.
Claro que entiendo que ninguno de los jugadores o nadie del
cuerpo técnico quiso que esto pasara, asumo sin miedo a equivocarme que toda la
institución tenía la intención de lograr no uno sino tres títulos este
semestre, sin embargo fue evidente la curva descendente que vivió el plantel.
Del equipo efectivo y goleador que tuvimos a principio de semestre pasamos a
uno sin efectividad al momento de concretar goles y que por ende dejaba con
vida a sus rivales. Ejemplos de eso
justamente lo son Flamengo y América, en ambas llaves Junior tuvo más de una opción
de sentenciar la serie y no la aprovechó, situaciones que fueron aprovechadas
por los rivales que no perdonaron y en las oportunidades que generaron
liquidaron las series.
Aterrizando comentarios al partido ante América, ¿cuántas
opciones de gol dilapidamos? ¿Por qué aun sabiendo del desgaste en algunos
jugadores se esperó hasta el minuto 87 para hacer el primer cambio? ¿No se
practicaron tiros desde el punto penal para estas instancias (la cara de los jugadores antes de la serie decía todo)? ¿No se corrigió
en entrenamientos la falla constante en el juego aéreo del equipo? ¿Dónde estaba
la rebeldía de cada jugador para conseguir con un triunfo ante los escarlatas
solapar la eliminación ante Flamengo?
Preguntas e inquietudes hay miles, cosas que se pudieron hacer y no se
hicieron también, el punto es ¿Por qué nos sigue costando tanto en las instancias
definitivas?
¿Desgaste físico? ¿Exceso de confianza? ¿Falta de manejo?
Tal vez un poco de todas, pero lo primordial y lo que quedó demostrado es que a
Junior le falta tener JERARQUÍA. Eso es lo que diferencia a los grandes de
equipos de los equipos triunfadores. Los equipos que ganan títulos y quedan en la
historia son los que tienen jerarquía en los momentos decisivos, son los que
tienen templanza en sus jugadores y en su cuerpo técnico en los momentos de
mayor presión, asignatura pendiente en Junior no en este semestre, sino en toda
su historia. O sino, recordemos ¿cuántas veces hemos perdido partidos claves,
incluso finales en los dramáticos minutos de reposición? La misma piedra de
tropiezo una y otra vez. Al juniorista siempre le toca decir “estuvimos
tan cerca de lograrlo”… pienso que es momento de cambiar de mentalidad, el
equipo es grande y como grande debe sumar títulos, no intentos. Y con todo esto
no estoy poniendo en tela de juicio mi apoyo incondicional a la institución,
claro que estaré ahí el próximo semestre, es más, ya tengo mi abono listo. El hecho
de criticar y exigir, no se mezcla con el apoyo y amor por los colores, son dos
cosas separadas y distintas, pero como hincha tengo todo el derecho a exigir títulos
y copas y como periodista en formación tengo el deber de analizar y enumerar
los errores cometidos con respeto y critica.
Afortunadamente todo parece indicar que la disposición de
los dueños y directivos del equipo se mantiene con el mismo norte: conformar un
equipo competitivo para la Libertadores y para por fin alcanzar la esquiva
octava estrella. La salida de Comesaña –
lo doy por hecho- no me sorprende porque era un tema ya hablado al interior de
la institución, su pase al costado obedece a una condición de salud y no está marcado
por las eliminaciones de los dos torneos. Llegará una nueva cabeza y nuevos jugadores,
es cierto que deben “iniciar” un proceso, pero no por eso ésta será la excusa a
la orden del día para no alcanzar títulos.
Esta institución, el equipo y la hinchada merecen ya celebrar algo más
que la copa águila.
A Julio Avelino y a todos los integrantes de esta versión de
Junior 2017 les estaré eternamente agradecida porque, a pesar de no darnos el
triplete, hicieron posible algo que estaba complicado, lograron reconciliar al
hincha con el equipo, lograron avivar la llama juniorista en cada corazón rojiblanco,
lograron hacernos soñar y tener muy cerca la gloria continental, lograron
demostrar que si hay una organización desde arriba los resultados se pueden
dar. Esperemos aprender de esta versión y corregir rapidito los errores para
que la gloria venidera sea mayor.
Siempre estaremos con Junior, en las buenas y en las malas,
pero no por eso hay que vendarse los ojos ante los hechos. Con respeto y argumentos claros
y eso sí, todos remando para el mismo lado, pronto haremos historia.