En un partido atípico y parco Junior empató en casa ante
Envigado. Se puede decir que el juego se
desnaturalizó desde el minuto cuatro cuando en una polémica jugada el arbitro
central expulsa a Enrique Serje por una fuerte entrada sobre George
Saunders. En ese momento inició el
enredo, el arbitro amonestó con amarilla al volante rojiblanco, pero segundos después
le muestra tarjeta roja. Viendo detenidamente la repetición, concordamos en que
la entrada fue imprudente y el jugador fue con los taches arriba, sin embargo
queda la duda en el cambio de cartulina después de casi medio minuto.
A partir de ese momento, todo cambió. El partido que estaba diseñado en su titular
para que los jugadores de calidad se juntaran y desplegaran un fútbol
agradable, se vio reducido a un partido interrumpido constantemente por la
pierna fuerte y por las apariciones repetitivas y el protagonismo del juez
central.
Los jugadores de Junior demoraron en asimilar la expulsión de su
compañero y esto sumado a la mala actuación del arbitro, llenó de amarillas al
cuadro local.
Por otro lado, a estrategia y el planteamiento que se habían
practicado durante la semana se fue a la basura. Tal como declaró el técnico Suárez en rueda
de prensa, cuando hay un expulsado tan temprano y en la posición de volante,
las modificaciones intra juego son demasiadas.
Acorde con eso, tuvimos que ver a Matías Fernández en un trabajo
de sacrificio al lado de Cantillo y no arriba en su posición natural. El
técnico apostó por jugársela con los 10 que quedaron en el terreno de juego,
con una doble tarea para el chileno y para Narváez.
En mi concepto, los cambios fueron tardíos y no en el orden
esperado, la lectura que le dio Lara al partido le ganó por momentos la partida
a su rival. Envigado se apoderó de la zona central aprovechando el hombre de
más. Junior, con base en la banca conformada debió ingresar a Homer Martínez
para subir a Narváez o en su defecto ingresar a James Sánchez y sacrificar a un
volante ofensivo. Ojo, este cambio se realizó, pero fue el último en hacerse,
previamente ingresaron Sebastián Hernández por Sambueza y Luis Carlos Ruiz por Teófilo
Gutiérrez. Cabe resaltar que las
modificaciones se hicieron todas en la segunda mitad.
Jamás llegaron las emociones al estadio metropolitano, Junior tuvo
un par de tiros al arco controlados por el arquero Martínez, quien incluso le
atajó un penal minutos después de la expulsión a Luis Narváez; mientras que
Envigado también disparó en algunas ocasiones al arco de Viera sin mayor
repercusión.
Pese a la falta de adrenalina y elaboración de juego, hay que
destacar el trabajo obrero que realizó todo el equipo, no se puede obviar el
hecho de jugar prácticamente todo el partido con 10 hombres y nunca renunciar a
intentar buscar el triunfo.
Tampoco hay que sorprenderse por la estrategia planteada por Lara
y su equipo, el momento que atraviesa Junior y los jugadores con los que cuenta
en su plantilla hacen que sea casi obligatorio para muchos equipos venir a
jugar replegados en Barranquilla. La
tarea y la astucia del técnico y de los jugadores es aprender a jugar en
espacios reducidos, con defensas numerosas e incluso saber sortear momentos
cuando el rival utilice la pierna fuerte para amedrentar.
Ahora, una nueva baja se suma a los lesionados, sin Serje Suarez
deberá descifrar el camino y rearmar la lista de convocados para el partido del
sábado en Manizales ante el Once Caldas.