Desolada clasificación

Un estadio vacío fue el marco para que Junior lograra una desolada clasificación, aún siguen haciendo eco las desacertadas declaraciones del dueño del equipo de un par de meses atrás.

En contra de eso, y a pesar del mal juego, Junior de Barranquilla consigue por segundo año consecutivo instalarse en la final de la Copa Águila.  ¿Ganamos y clasificamos? Lo primero no, con éste se suman once partidos sin conocer el significado de una victoria en los 90 minutos en la casa rojiblanca;  lo segundo, sí.  Por supuesto que siempre será bueno avanzar y más aún llegar a la final, sin embargo no se trata de ver solo el resultado, se trata de analizar e interpretar la forma y el fondo de lo realizado en el partido.

Empecemos por la titular, es muy fácil después de terminado el partido, aplaudir la inclusión de Escalante en la titular; pero, antes del pitazo inicial la mayoría nos preguntábamos que intentaba Giovanni al dejar en la banca a Rangel y a Sebastián Hernández para colocar a Domínguez – con función mixta, incluso más de ofensiva por la figura y los nombres alineados – y a Escalante.

Afortunadamente uno de los dos resulto siendo una buena apuesta, Escalante fue una de las figuras del encuentro. Con un gol y un pase gol fue el encargado de incursionar en el área rival por todo el frente de ataque.  Increíblemente a pesar de lo hecho, el técnico consideró oportuna su salida del campo a quince minutos del final para ingresar a Sebastián Toro y “parquear” el bus en búsqueda de sostener el marcador a favor que hasta ese momento se tenía. Literalmente, le salió el tiro por la culata y como bien saben, terminamos con gol en contra y sufriendo desde los tiros penales.

La otra apuesta de Giovanni en la titular fue la inclusión de Juan Guillermo Domínguez como volante mixto, claramente éste no le resulto para nada.  Nuevamente improvisa al jugador en una posición no natural para él, luciendo perdido en ataque y nulo en defensa durante todo el partido.  Sigo preguntándome, ¿Por qué improvisar una posición con un jugador teniendo otro de corte neto para esa posición? Por mucha crítica que tenga Sebastián Hernández, indiscutiblemente siempre será mucho más volante que Domínguez, siempre habrá una mayor probabilidad con él de un pase filtrado o una habilitación…Pero bueno, donde manda capitán, no manda marinero, ¿cierto?

La mayor de las interrogantes que hay en el ambiente es ¿Qué hizo Michael Rangel para no ser tenido en cuenta nunca jamás? No quiero hacer conjeturas, pero claramente es algo extrafutbolístico. La decisión no pasa por lesión física ni malas presentaciones en los escasos minutos que ha estado en cancha, es más, estando en racha de gol por partido lo mando a la banca indefinidamente. La inquietud es aún más arraigada teniendo en cuenta que fue uno de los dos refuerzos traídos para el semestre y no juega en ninguno de los tres torneos, como lo evidenciamos ayer,  no es ni siquiera la segunda opción, incluso peor, ni siquiera para los penales fue tenido en cuenta… la razón solo la conoce el cuerpo técnico, podría decirse que ese es el misterio de la Libélula.

Por otro lado, además de la clasificación, hay que destacar el trabajo de tres jugadores: Alexis Pérez, James Sánchez y Enrique Serje.  De los dos primeros ya conocemos el nivel y el talento que tienen,  afortunadamente en el juego de anoche desempolvaron su fútbol y nuevamente están intentando recobrar su nivel habitual. Me quiero concentrar el Serje, jugador silencioso, pero aplicado, poco a poco ha ido adueñándose de la posición con cortes precisos y recuperaciones efectivas en el medio.  Es un diamante en bruto para ser trabajado por Junior, tiene todo el potencial para convertirse en columna vertebral del equipo en el medio campo.

Uno que anda con la pólvora mojada es Ovelar, está divorciado con la red, y si bien es cierto que tiene que recoger el balón por detrás de la línea del medio campo, también es cierto que ha dilapidado opciones claras de gol.  Seguiré insistiendo en una dupla Ovelar/ Rangel, con el juego actual de Roberto, jamás se pisarían sus áreas y se aprovecharía a un centro delantero como lo es Michael.  Sin embargo aquí seguimos dándole largas a las definiciones inexistentes de Toloza, la de ayer fue la mejor en toda su carrera… Pero para ser justos Rangel debería tener oportunidad, más aun cuando sus competencias actuales son un Roberto apagado y un Toloza, bueno siendo Toloza.

No puedo dejar de mencionar a la otra figura del partido: José Luis Chunga.  Pacientemente ha esperado su oportunidad y esta vez no hubo lesión que se lo impidiera, ayer no solo atajo el penal que nos dio la clasificación, sino que también durante los noventa tuvo un par de atajadas que ahogaron el gol pijao. Merecido momento para un gran jugador.

En conclusión, Junior sigue con sin mostrar un estilo o identidad de juego clara, sin embargo con el pasito tun tun de G10 nos instalamos en la final de la Copa con más sufrimiento y suerte que otra cosa. ¿Alcanzaran las oraciones y las suplicas para concretar el titulo?  ¿Tapa una final, o incluso un posible titulo la ausencia de fútbol en el equipo y la palpable eliminación del G8? Cada uno saque sus propias conclusiones… 

Cuatro de seis

Se puede decir que el empate a dos entre Colombia y Uruguay fue un justo marcador en un partido complicado, fuerte y además pasado por la intensa lluvia que cayó en el estadio Metropolitano.

Si empezamos por el principio debo respaldar el planteamiento táctico de José Pekerman, particularmente no me pareció errado.  El técnico modificó la figura táctica utilizada en Paraguay, obviamente en Barranquilla era impensable repetir una línea de tres volantes;  no obstante, el rival de turno era una de las mejores selecciones del continente y que además cuenta con la mejor pareja de delanteros a nivel mundial. Con base en lo anterior, fue coherente y prudente al alinear un 4-2-3-1. 

A los jugadores, antes que nada y más allá del resultado,  hay que aplaudirles la entrega y la actitud, esa que muchas veces exigíamos. Ayer todos, sin excepción dejaron el alma en la cancha, razón por la cual me parecía injusta una derrota.  Ahora bien, el rendimiento de algunos en la parte técnica no está en su mejor nivel.

Iniciemos por la figura, Abel Aguilar, después de ser la convocatoria más resistida y criticada de estas dos fechas, se convirtió en la figura de ambos partidos.  Su nivel con la selección es excelente, aporta seguridad y jerarquía y además goles y marca aérea. Nombramiento especial para Yerry Mina, quien igual que el anterior, destacó en ambos partidos por su seguridad defensiva y como cereza del postre, anotó el gol del empate ante Uruguay, ratificando que con trabajo serio se ganó la titular.  Cabe anotar, que la inclusión de ambos jugadores en la convocatoria y además el voto de confianza de colocarlos y sostenerlos titulares en ambos partidos fue de Pekerman.

Pero como evidentemente no tuvimos una “buena presentación” y como buenos colombianos siempre buscamos lo malo y él o los responsables desglosemos algunas individualidades:

Carlitos Bacca, no es un secreto que no está en un momento estelar con la selección, coincido con muchos cuando anotan que esta divorciado del gol.  Por esa razón no discutí su cambio el día de ayer por Roger, pero con ese mismo cambio quedó demostrado que si bien no está en su nivel, no hay un jugador que lo reemplace eficazmente. Es cierto que la disposición táctica no es la más favorable para su tipo de juego, el porteño es finalizador y no pivot, su máximo rendimiento es de frente al arco y no de espaldas al mismo;  sin embargo la ansiedad por la falta de gol es evidente en sus movimientos técnicos. Ahora, a no ser que reencarne el Falcao de las eliminatorias pasadas, no veo un reemplazante que supere a Bacca.

Edwin Cardona, jugador que le dio vida al equipo, con su ingreso Colombia se vio más activa e impulsó a un apagadísimo Macnelly que encontró en él un socio para intentar proponer algo más de futbol ofensivo.  Como todos pudimos ver, las condiciones del campo tampoco favorecían un juego rastrero de sociedad por lo que su juego se vio limitado, además le faltó confianza para rematar al arco. Con un terreno y balón mojados, la primera opción debió ser la media distancia.

Faryd Diaz jugó el peor partido con la selección, estuvo implicado en los dos goles recibidos, en el primero comete una falta innecesaria y peligrosa y en su ejecución  cabecea hacia atrás en vez de rechazar y en el segundo nuevamente por arriba pierde el balón.  Lo que era su mayor virtud, la marca defensiva, fue su mayor error.  Sin embargo, igual que con Bacca, no visualizo un reemplazante que lo supere.

Oscar Murillo tuvo una tarea complicadísima, encargado de anular a Luis Suarez.  Tarea que cumplió en un 99%, solo tuvo un error que el uruguayo transformó en gol. Hay que resaltar que durante los 90 minutos Suarez tuvo una sola oportunidad clara, lo cual fue merito del central colombiano, sin embargo el futbol es así y con una sola bastó para cobrarnos.

Macnelly, como lo mencioné anteriormente, apagado, sin ideas y con un campo en contra de su juego careció de ideas para empujar el equipo hacia adelante.  El momento donde debió aparecer como líder del equipo, con el gol de Aguilar, fue cuando más opaco estuvo. Quedo en evidencia que para que su juego sea efectivo necesita un socio como James o Cardona al lado.

Muriel se dedicó a cumplir la tarea de marca encomendada por el técnico y por momentos olvidó que su posición en el campo es de atacante;  Arias, sin pena ni gloria, jugador normalito, pero que al igual que otros no tiene un reemplazo inminente, se perfila Bocanegra y porque no, al menos de local, regresar al Cuadrado lateral.

De este último, en discordancia con los que lo azotan por un terrible partido. En el primer tiempo fue quien más instigó a los rivales y quien intentó echarse el equipo al hombro ofensivamente.  Su pecado capital es el mismo de siempre, ser individualista, el día que entienda que con una gambeta es suficiente, aprenderá a soltar el balón en pro del equipo.

Lo cierto es que a todos y a cada uno se les agradece y reconoce el esfuerzo realizado, corazón y compromiso hay de sobra en este equipo, falta afinar la fase ofensiva para redondear la propuesta. 

Mal o bien, en las dos fechas se lograron cuatro puntos de seis posibles, solo fuimos superados por el nuevo Brasil con seis e igualados por Ecuador y Uruguay.  Chile y Paraguay revivieron sumando tres y Argentina sorprende con un solo punto.  Por su parte Perú, Bolivia y Venezuela se despidieron oficialmente de cualquier posibilidad.

No hay que sacar pecho por el cómo ni el cuánto, pero tampoco hay que masacrar porque mal no nos fue. Estamos acostumbrados a exigir resultados como si Colombia tuviera el palmarés y nivel de Brasil, y miramos por encima del hombro y con triunfalismo a equipos poderosos como Uruguay;  le restamos valor a triunfos ante Paraguay por ser “débiles” pero olvidamos que ese mismo rival, dejó destrozado a la gran Argentina.  

No faltará el que desde ya exija seis puntos en la próxima fecha (Chile y Argentina)  o sino catalogará como fracaso, al igual que ahora, haber sumado cuatro puntos en la eliminatoria más difícil del mundo.  Recordemos que hoy por hoy somos cuartos en la tabla, mesura y objetividad, Rusia está cerca, la Fe sigue intacta.


Triunfo inteligente

La camiseta amarilla se llenó de aire con el triunfo de la tricolor en Paraguay.  Colombia fue el único equipo visitante en lograr un triunfo en la novena fecha de las eliminatorias a Rusia 2018 en Sudamérica, dejándolo ubicado en el cuarto lugar de la estrecha tabla de posiciones.

Si hay que utilizar una palabra para describir el juego ante Paraguay esa sería “inteligencia”.   Desde el planteamiento táctico utilizado por el técnico hasta lo ejecutado por los jugadores en cancha lo que más se evidenció fue inteligencia futbolística.  Claramente Pekerman aprendió la lección del error en la lectura de juego ante Brasil, esta vez, estudió cuidadosamente al rival y así mismo lo hizo con Colombia, supo cómo manejar la ausencia de un referente como James Rodríguez hasta el punto de modificar su esquema táctico y variar el ADN colombiano para plantar un 4-1-4-1 que desvirtuó por completo a los guaraníes.

Disto de los que opinan que Paraguay jugó mal, simplemente fue eficazmente sometido bajo los términos que impuso la selección Colombia.  No fue que Paraguay no propuso o no intentó, fue que Colombia no lo dejó. Con la figura táctica planteada los cambios constantes en el circuito hicieron que la selección se adueñara del medio campo, causando un cortocircuito en la generación del juego guaraní. Plantar tres volantes de marca en el medio, apoyados con una extraordinaria labor defensiva de Muriel y Cuadrado por las bandas,  le dieron a Colombia el dominio en todo lo ancho del campo en la zona dos de la cancha, taponando cualquier intento de salida de los locales, para corroborarlo está el hecho que Ospina, por primera vez en los últimos  partidos, no fue el héroe ni la figura, sin demeritar que estuvo fino y seguro en las dos únicas llegadas que tuvieron los paraguayos en el segundo tiempo, pero en el trámite general del partido no fue exigido como en ocasiones anteriores.

Para destacar también el trabajo, de quien a mi juicio fue la figura del partido, Carlos Sánchez.  Fue el eje central de la propuesta táctica de Pekerman, estuvo preciso en los cortes y con una actitud avasalladora en todas las disputas del balón. Además, sus movimientos sin el esférico demostraron que era el encargado de organizar el equipo en la cancha, en varias ocasiones vimos cómo se metía entre los dos centrales soltando a Arias y a Diaz para que se fueran por los carriles en sociedad con Cuadrado y Muriel respectivamente. 

Del mismo modo hay que destacar la labor defensiva  colectiva e individualmente.  El equipo tenía sus líneas tan pegadas que los desdoblamientos que se hicieron entre laterales y centrales fueron perfectos.  Acierto total la inclusión en la titular de Yerry Mina, jugador al que no le pesó para nada su primera actuación con el equipo mayor de Colombia, por el contrario ratificó el porqué de su llamado y respondió a la confianza entregada por el cuerpo técnico al colocarlo en los once iniciales.  Se tumbó el cliché de no alinear jugadores sin “memoria futbolística”, Oscar Murillo y Yerry Mina se entendieron y se complementaron a la perfección como pareja de centrales…. Creería que a Jeison le espera una buena temporada en la banca.

Digamos que la tarea defensiva de Colombia fue prácticamente perfecta y para darle gusto a los que siempre ubican el punto negro, digamos también, que ofensivamente no se propuso tanto juego como se quería.  Sin embargo, hay que tener claro que el planteamiento utilizado no fue ofensivo, por eso, el gran sacrificado del equipo fue Carlos Bacca.  Solo en punta, estirando al equipo y dejando anclados a los defensores paraguayos, el delantero colombiano cumplió su labor. Es claro que dilapidó la más clara del primer tiempo, pero también es verdad que con la pared y la habilitación a Cardona pagó con creces al equipo.

Lo cierto es que el trabajo colectivo que tanto se le exigía a la selección fue evidente en Defensores del Chaco.  Ésta vez la malicia de Pekerman fue determinante  para conseguir tres puntos de oro ante un rival directo y que al mismo tiempo sirvieron para distanciarnos un poco de Chile y del mismo Paraguay.  Sus cambios me parecieron un poco demorados, pero acertados. El discutido ingreso de Mejía fue en el momento en que Paraguay incluyó a Derlis González, el 10 paraguayo generó más fútbol en el medio y por ende le quitó el balón a Colombia.  Inteligentemente el argentino coloca a Mejía para recuperar el esférico y minutos después ingresa a Cardona para darle manejo y buscar el gol que finalmente llegó.

La Fe sigue intacta, Rusia está cerca.  Llevamos cinco triunfos en los últimos seis partidos.  A la fecha de hoy, Colombia estaría clasificada al próximo mundial,  se viene una durísima prueba ante un aguerrido Uruguay comandado por Cavani y Suarez…. En Barranquilla los esperamos!