Cuatro de seis

Se puede decir que el empate a dos entre Colombia y Uruguay fue un justo marcador en un partido complicado, fuerte y además pasado por la intensa lluvia que cayó en el estadio Metropolitano.

Si empezamos por el principio debo respaldar el planteamiento táctico de José Pekerman, particularmente no me pareció errado.  El técnico modificó la figura táctica utilizada en Paraguay, obviamente en Barranquilla era impensable repetir una línea de tres volantes;  no obstante, el rival de turno era una de las mejores selecciones del continente y que además cuenta con la mejor pareja de delanteros a nivel mundial. Con base en lo anterior, fue coherente y prudente al alinear un 4-2-3-1. 

A los jugadores, antes que nada y más allá del resultado,  hay que aplaudirles la entrega y la actitud, esa que muchas veces exigíamos. Ayer todos, sin excepción dejaron el alma en la cancha, razón por la cual me parecía injusta una derrota.  Ahora bien, el rendimiento de algunos en la parte técnica no está en su mejor nivel.

Iniciemos por la figura, Abel Aguilar, después de ser la convocatoria más resistida y criticada de estas dos fechas, se convirtió en la figura de ambos partidos.  Su nivel con la selección es excelente, aporta seguridad y jerarquía y además goles y marca aérea. Nombramiento especial para Yerry Mina, quien igual que el anterior, destacó en ambos partidos por su seguridad defensiva y como cereza del postre, anotó el gol del empate ante Uruguay, ratificando que con trabajo serio se ganó la titular.  Cabe anotar, que la inclusión de ambos jugadores en la convocatoria y además el voto de confianza de colocarlos y sostenerlos titulares en ambos partidos fue de Pekerman.

Pero como evidentemente no tuvimos una “buena presentación” y como buenos colombianos siempre buscamos lo malo y él o los responsables desglosemos algunas individualidades:

Carlitos Bacca, no es un secreto que no está en un momento estelar con la selección, coincido con muchos cuando anotan que esta divorciado del gol.  Por esa razón no discutí su cambio el día de ayer por Roger, pero con ese mismo cambio quedó demostrado que si bien no está en su nivel, no hay un jugador que lo reemplace eficazmente. Es cierto que la disposición táctica no es la más favorable para su tipo de juego, el porteño es finalizador y no pivot, su máximo rendimiento es de frente al arco y no de espaldas al mismo;  sin embargo la ansiedad por la falta de gol es evidente en sus movimientos técnicos. Ahora, a no ser que reencarne el Falcao de las eliminatorias pasadas, no veo un reemplazante que supere a Bacca.

Edwin Cardona, jugador que le dio vida al equipo, con su ingreso Colombia se vio más activa e impulsó a un apagadísimo Macnelly que encontró en él un socio para intentar proponer algo más de futbol ofensivo.  Como todos pudimos ver, las condiciones del campo tampoco favorecían un juego rastrero de sociedad por lo que su juego se vio limitado, además le faltó confianza para rematar al arco. Con un terreno y balón mojados, la primera opción debió ser la media distancia.

Faryd Diaz jugó el peor partido con la selección, estuvo implicado en los dos goles recibidos, en el primero comete una falta innecesaria y peligrosa y en su ejecución  cabecea hacia atrás en vez de rechazar y en el segundo nuevamente por arriba pierde el balón.  Lo que era su mayor virtud, la marca defensiva, fue su mayor error.  Sin embargo, igual que con Bacca, no visualizo un reemplazante que lo supere.

Oscar Murillo tuvo una tarea complicadísima, encargado de anular a Luis Suarez.  Tarea que cumplió en un 99%, solo tuvo un error que el uruguayo transformó en gol. Hay que resaltar que durante los 90 minutos Suarez tuvo una sola oportunidad clara, lo cual fue merito del central colombiano, sin embargo el futbol es así y con una sola bastó para cobrarnos.

Macnelly, como lo mencioné anteriormente, apagado, sin ideas y con un campo en contra de su juego careció de ideas para empujar el equipo hacia adelante.  El momento donde debió aparecer como líder del equipo, con el gol de Aguilar, fue cuando más opaco estuvo. Quedo en evidencia que para que su juego sea efectivo necesita un socio como James o Cardona al lado.

Muriel se dedicó a cumplir la tarea de marca encomendada por el técnico y por momentos olvidó que su posición en el campo es de atacante;  Arias, sin pena ni gloria, jugador normalito, pero que al igual que otros no tiene un reemplazo inminente, se perfila Bocanegra y porque no, al menos de local, regresar al Cuadrado lateral.

De este último, en discordancia con los que lo azotan por un terrible partido. En el primer tiempo fue quien más instigó a los rivales y quien intentó echarse el equipo al hombro ofensivamente.  Su pecado capital es el mismo de siempre, ser individualista, el día que entienda que con una gambeta es suficiente, aprenderá a soltar el balón en pro del equipo.

Lo cierto es que a todos y a cada uno se les agradece y reconoce el esfuerzo realizado, corazón y compromiso hay de sobra en este equipo, falta afinar la fase ofensiva para redondear la propuesta. 

Mal o bien, en las dos fechas se lograron cuatro puntos de seis posibles, solo fuimos superados por el nuevo Brasil con seis e igualados por Ecuador y Uruguay.  Chile y Paraguay revivieron sumando tres y Argentina sorprende con un solo punto.  Por su parte Perú, Bolivia y Venezuela se despidieron oficialmente de cualquier posibilidad.

No hay que sacar pecho por el cómo ni el cuánto, pero tampoco hay que masacrar porque mal no nos fue. Estamos acostumbrados a exigir resultados como si Colombia tuviera el palmarés y nivel de Brasil, y miramos por encima del hombro y con triunfalismo a equipos poderosos como Uruguay;  le restamos valor a triunfos ante Paraguay por ser “débiles” pero olvidamos que ese mismo rival, dejó destrozado a la gran Argentina.  

No faltará el que desde ya exija seis puntos en la próxima fecha (Chile y Argentina)  o sino catalogará como fracaso, al igual que ahora, haber sumado cuatro puntos en la eliminatoria más difícil del mundo.  Recordemos que hoy por hoy somos cuartos en la tabla, mesura y objetividad, Rusia está cerca, la Fe sigue intacta.


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