Anemia colectiva

Escribir, analizar y debatir sobre fútbol… palabras y verbos que hace mucho se extinguieron de Barranquilla.  Este semestre ha sido uno de los peores en la historia del equipo y al paso que vamos seguirá igual o peor.

Anoche fue más de lo mismo, dejavu de partidos anteriores con algunos nombres nuevos en cancha y en la titular, pero un mismo nivel paupérrimo generalizado. Lamentable, vergonzoso y falto de carácter el técnico Avelino Comesaña al tener el nervio de posterior a unos noventa minutos indefendibles declarar: “A mí me gustó el equipo hasta los cambios” Es ahí cuando además del bajísimo nivel, además de la displicencia de la plantilla se agrega la falta de respeto y la burla. 

Creo que tendré que ir a algún partido y verlo desde la mística raya del técnico, porque al parecer hay algún limbo paranormal en esa área que permite imaginar cosas y ver espejismos.  Señor técnico, ¿Qué fue lo que le gustó del juego? ¿Fue acaso la entrega de sus jugadores? ¿O tal vez el orden táctico desplegado en la cancha? ¿De pronto la efectividad en el último cuarto de cancha o la seguridad en el área defensiva? Ya sé, justamente debió ser la solvencia y claridad en el medio cambio para recuperar el balón y proponer juego ofensivo. 

Por mi parte, yo ni siquiera desde la tribuna, sino desde el televisor vi algo completamente opuesto.  Vi un equipo sin sangre, sin alma y sin ganas en el terreno.  Pueden decir misa, pero los jugadores de fútbol profesional no hablan ante cámaras y micrófonos sino con el balón en la cancha y ayer más que jugadores parecían modelos de New Balance. Iban sin pena ni gloria caminando la cancha del Metropolitano, la imagen que quedó ante la ciudad y el país es la de un equipo anémico que “juega o trabaja” porque les toca por un sueldo y ni siquiera por profesionalismo. 

Vi un equipo que desde antes de empezar el partido iba en desventaja con los inventos de su cuerpo técnico, realmente ¿esperaban que Cañaveral, Carrascal y González se convirtieran en héroes de la noche? Supongo que la explicación callada a gritos es que las directivas tienen que buscar ubicarlos en algún equipo y por eso les deben dar minutos en los partidos. Lo cierto es que si ayer costaban 10 pesos hoy hasta regalados son caros.  Pero no solo ellos, TODO el equipo esta desvalorizado y nivelado por lo bajo, o que decir de las opciones de Ovelar en el arco rival, o de los pases errados de James en el medio? No entregó un solo balón seguro hacia adelante, ni que hablar de la ausencia de laterales y de la gelatina de centrales.

La conclusión la misma, el equipo no tiene nada, no hay trabajo táctico, no hay individualidades. ¿Qué es lo que se hace entre semana en los entrenamientos? Un equipo profesional, aun con ausencia de estrellas, debería mostrar alguna idea de juego en la cancha, pero aquí no se ve nada, son once que ni siquiera corren atrás del balón, sino que lo ven pasar por el lado sin hacer nada, dirigidos por un técnico con delirios de buen juego y problemas de visión.

Es triste tener que teclear lo mismo cada vez que juega Junior, es triste ver como no queda nada de un equipo que fue grande, es triste ver que la mejor imagen que lo identifica es el escudo a lado de una cinta negra, es triste ver el Metro vacío, es triste hablar con hinchas a los que ya no les importa la suerte del equipo, pero más triste es saber en el fondo que el siguiente partido será peor que el que ya terminó y que la única solución que hay …es una utopía.


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