El mejor malo



Sentimientos encontrados y sensaciones opuestas se generan dentro de cada hincha juniorista después del resultado “adverso” obtenido en el mítico Maracaná.  Adverso entre comillas porque dentro de todos los malos resultados posibles, el 2-1 fue el mejor malo.  Recordemos que estas llaves son partidos de 180 minutos, apenas se jugó el primer gran tiempo de esta semifinal y el equipo si bien perdió, mostró grandes puntos a favor y anotó un valioso gol visitante.
Sin embargo, a pesar de ser un “buen resultado”, se evidenciaron grandes falencias durante el transcurso de los noventa minutos. Empecemos por analizar la alineación titular y la conformación de la banca.  Pienso que esta vez a Avelino le falto la malicia que tanto lo caracteriza, mandar a Jarlan y Sebastián a la tribuna fue un error.  La titular no se la discuto, el uruguayo ha trabajo a Mier y a González para que le rindan en las posiciones que ayer ocuparon y durante el primer tiempo lo hicieron perfectamente.  Ahora bien, si examinamos la conformación de la banca, faltaba un jugador de tenencia de pelota, un jugador que bajara las revoluciones en un partido vertiginoso tal como fue el segundo tiempo. De haber tenido ahí a Barrera o a Hernández, ese habría sido el cambio perfecto ante la salida de Mier.  El que debió ir a la tribuna fue Enrique Serge, más aun teniendo a Narváez en la suplencia que es un jugador de iguales características.
El equipo jugó un primer tiempo exquisito, fue un equipo extremadamente organizado tácticamente y con un alto nivel de concentración.  Ejerció presión alta empezando desde el propio Teófilo lo cual daba una recuperación rápida de balón. Yony González y Matías Mier cumplieron labor de obrero y se pusieron el overol en la mitad, taponando al lado de Cantillo y Pico y desarticulando cual escaramuza de Flamengo. Tanto así, que durante el primer tiempo, los locales solo tuvieron una llegada clara ante el arco de Viera… justamente un centro desde el costado para un cabezazo que pasó rozando el vertical izquierdo del uruguayo.
Premio al buen trabajo colectivo completo, llegaría el gol de Junior, sociedad perfecta entre Teófilo – que inicia y termina la jugada – Mier y González para anotar el uno por cero. Reconocimiento al equipo que fue más en el terreno de juego. Con este resultado favorable terminaría el primer tiempo. 
Para la segunda mitad la historia fue diferente, tal como ha pasado en algunos partidos del equipo, las revoluciones bajan y se empieza a sentir el desgaste de un calendario apretado.  Sin embargo el equipo no desentonó.  Los cambios, aplaudidos por unos y renegados por otros, se sintieron en el equipo.  Particularmente la salida de Mier desequilibró el medio campo, al salir quedó un espacio vacío porque en su reemplazo Díaz no ocupó la misma posición. Que si Díaz hubiera anotado uno de los tres que tuvo hubiéramos dicho que perfecto cambio… tal vez sí, pero ahí hubiera preferido un poco más de calma e inteligencia de malicia indígena para manejar un resultado favorable.  Un Serge o un Narváez, o hasta el mismo Sánchez apoyaba más la contención en el medio. No había necesidad de ir por el segundo sino de resguardar el primero.
Por otra parte, ¿sacar a Teo en una semifinal continental? Lo respeto, mas no lo comparto. Recuerden la famosa frase del mismo Julio: “Acuérdenme y acuérdenme siempre, nunca nunca sacar a Teo” Al sacar al de la chinita le haces un favor al rival, le quitas un dolor de cabeza de encima y se pierde una chispa que puede aparecer en cualquier segundo.
Ahora, dejemos claro que los goles de Flamengo y las oportunidades que tuvieron, TODAS fueron por el juego aéreo. Nos mataron con los centros desde los costados.  Quedó altamente evidenciado que es nuestra mayor falencia seguida por la falta de definición. Cada centro que se levantaba desde las bandas era una oportunidad clara.  Punto álgido por mejorar en muy pocos días de cara a lo que se viene.
Como decía un buen amigo, el que vio el partido quedó con la satisfacción de un muy buen partido que sinceramente no merecimos perder, para el que no lo vio y para la estadística solo quedara el resultado adverso en el Maracaná. 
La llave está más que abierta, un gol de Junior nos pone en la final, un gol de Flamengo nos obliga a hacer dos para ir a penales.  Hay que salir a buscar el resultado en Barranquilla con orden.  El equipo tiene que sacar la casta, tiene que aprender jerarquía y contundencia.  En estas instancias – Liga y Sudamericana- las oportunidades de goles se tienen que concretar, sino pasa lo que ocurrió ayer y te cobran por ventanilla.

La Fé sigue intacta, yo sigo soñando. Equipo hay, calidad y futbol tenemos, pero hay que ajustar las tuercas para que no se nos dañe el caminaó! Vamos papá más fuerte que nunca, contra todo y contra todos vamos que vamos mi Junior del alma. 

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