Una serie de eventos desafortunados

Desazón es el sentimiento generalizado después de la abultada, pero inmerecida derrota tres por uno ante el América de Cali.  Complicado plasmar en unas líneas el buen juego de Junior porque no está acompañado por un resultado que así lo soporte.

Para los que solo leen o ven los resultados de los partidos la consigna será: “Reviviendo un muerto o volvemos a lo mismo”, pero para los que analizamos el cómo se llegó a ese resultado hay una serie de análisis que en el fondo nos dejan algo tranquilos.

Hablando con hechos Junior fue mucho mas que América durante la mayoría del partido, es más hasta el minuto 34 fue ampliamente superior. Manejó los tiempos del partido e incluso estuvo arriba en el marcador con el gol anotado de cabeza por Alexis Pérez a los dieciocho minutos después de un centro de Estrada. Fue un equipo compacto que ejerció presión alta con las líneas adelantadas y que nuevamente jugó a buscar el arco rival.  La consigna de Gamero sigue siendo muy clara, este Junior no se va a esconder en ninguna plaza y por el contrario intenta proponer con balón al piso un futbol vistoso y agradable.

Todo iba perfecto y acorde a los planes hasta que Balanta inició una noche personal de terror, para iniciar comete un claro primer e infantil penal sobre el Tecla Farias que sirvió para que Martínez Borja anotara el primero de su triplete de la noche. Tan solo un par de minutos después Balanta nuevamente se equivoca y suelta la marca dentro del arco dejando libre a Martínez Borja para que anotara el segundo en su cuenta personal.

Con el resultado en contra terminaría el primer tiempo, sin embargo lejos de cualquier recriminación, en el segundo tiempo Junior salta al campo de juego en busca de el empate parcial.  Aponzá tuvo en sus pies tres oportunidades clarísimas de gol que no supo concretar desperdiciando así la posibilidad, no solo de igualar, sino de remontar el marcador. 

Para terminar con una serie de eventos desafortunados Balanta nuevamente comete otro claro e innecesario penal que le costó la roja y además la tripleta de Martínez Borja.

Obviamente el resultado es abultado y claro, pero al mismo tiempo se puede decir que es mentiroso. Junior fue quien manejó el balón y quien creó oportunidades para obtener un resultado favorable, lastimosamente Aponzá se contagió de la ya conocida falta de definición que ronda por el equipo y esta vez los goles se necesitaba, ya que no eran para una goleada sino para una remontada que no se dio. 

A Gamero solo le criticaría el seguir insistiendo con Toloza como primera opción de cambio, mas aun teniendo en la misma banca a jugadores como Rangel y Cuesta.  Día a día me pregunto que es lo que hace Toloza en los entrenamientos que lo hacen merecedor de semejante premio… porque durante los partidos no hace ningún merecimiento, el Sábado paseo la cancha como correcaminos sin pena ni gloria. 

En conclusión puedo decir que Junior NO JUGÓ MAL, esta vez podemos usar el conocido cliché “nos falto suerte”, se juntó una noche para el olvido de Deiby Balanta con una de desperdicio de Aponzá.  Si Correa estaba esperando una oportunidad para retomar su puesto de titular, se la sirvieron en bandeja de plata, no queriendo decir con esto que hay que desechar a Balanta, pero la banca se la ganó mucho mas allá de la forzada por la expulsión.

Otro que sigue mas intermitente que la luz de electricaribe es Sebastián Hernández, en Cali estuvo lejos y distante del 10 que jugó ante Carabobo.  Es increíble como Estrada con muchísimo menos tiempo de estar en el equipo se ha acoplado de mejor manera y se ha convertido en el socio de todos en el terreno de juego.  Hernández tiene que despertar, el semestre no está para esperarlo nuevamente y eso es algo que debe exigir el técnico.

Este equipo me sigue gustando, el estilo de Gamero es claro y definido, hay herramientas individuales importantes para engranar un conjunto completo y competitivo. 

Así como con el triunfo ante Carabobo no se tenia que sacar el carro de bomberos, ahora tampoco hay que colocar la lapida al proceso. Con trabajo – y de eso sabe el técnico – y organización Junior promete una buena campaña, eso si, no hay que quedarse dormidos sino atacar las falencias puntuales que nos costaron este duro e inmerecido resultado.

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