Crónica de una derrota anunciada

Igual que en el libro de Gabriel García Márquez donde todos sabían que iban a matar a Santiago Nasar y nadie hizo nada hasta que por fin lo mataron,  así paso con Junior: todos sabíamos que iba a perder  - venia jugando muy mal – y nadie hizo nada y finalmente perdió.
El punto y el disgusto no es por perder, al fin y al cabo es un torneo largo donde estamos expuestos a tener resultados adversos en cualquier momento, el malestar es por la forma como se perdió.  Todos los análisis de los partidos de Junior parecen un disco rayado o una copia en la que se modifica únicamente el nombre del rival.
A estas alturas del campeonato, ¿Quién no sabe que Junior es completamente frágil en el juego aéreo? Hinchas, técnicos y jugadores están seguros que para anotarle al equipo tiburón solo hay que levantar el balón desde los costados.  Junior ha recibido cinco goles en este torneo y todos han sido por el juego aéreo, ¿Qué se ha hecho para corregir los errores primarios y tácticos para mejorar esta situación?  Realmente el momento es preocupante , no tanto por haber perdido, o haber dejado ir el invicto, sino porque la actitud pasiva del equipo en la marca no mejora. 
Además hay un embotellamiento en el medio campo que no permite generar juego de ataque, lo que hace ver aún más desconectados a los delanteros de turno, llámense Ovelar, Mena o Toloza.  Si el equipo en conjunto no genera oportunidades de riesgo para dejarlos mano a mano, ¿Cómo van a anotar goles? Ningún jugador puede hacer durante noventa minutos el sacrificio que se les está exigiendo a los delanteros:  bajar hasta el medio campo o más a buscar el balón y luego en una carrera libre y contra el mundo evadir a todos los defensores y llegar con la fuerza y la potencia suficiente para rematar al arco y anotar. ¿Dónde está el apoyo que en ataque que deben dar los laterales del equipo? ¿Quién es el encargado de ser el conductor del equipo y de generar en la mitad? No es cuestión de un número en la espalda – 10 -  es cuestión de armar una figura táctica que se acople a los recursos que tiene el equipo y explotarlos al máximo para bien del mismo.  
Es momento de hacer un pare y recomponer el camino, hasta ahora – con el respeto que merecen – hemos enfrentado equipos en su mayoría “chicos” y todos, absolutamente todos, nos han vulnerado en defensa, han expuesto las más que obvias debilidades en el fondo y la falta de producción en el frente.  Es ahora cuando se debe ver la mano del entrenador, es ahora cuando se necesita que el director técnico afine los conceptos tácticos en cada una de las líneas y corrija los errores repetitivos que se vienen dando, es ahora cuando se debe trabajar con más énfasis en puntos clave y mostrar la jerarquía que tiene un equipo como Junior de Barranquilla.
Es momento de trabajar, mejorar y corregir errores y evitar repetir nuevamente la crónica de una derrota anunciada.

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