Empezare por aclarar que obviamente me alegra la clasificación conseguida por Junior a la
semifinal de la Copa Águila, es cierto que hasta ahora, los tres objetivos se están
consiguiendo: Junior está entre los ocho
de la Liga Águila, en semifinales de la Copa Águila y a un paso de octavos de
final de la Sudamericana. Pero hay que
ser autocríticos y reconocer que lo
hecho ayer en el terreno de juego ante Deportes Tolima fue lamentable.
Afortunadamente para nosotros, esta vez la suerte estuvo
completamente de nuestro lado, sinceramente no fue Junior quien ganó el
partido, fue Tolima quien lo perdió, y de la forma más infantil que nos hubiéramos
podido imaginar.
Era de conocimiento público que el equipo alineado para el
partido no iba a deslumbrar a la hinchada con jugadas de fantasías y goles de antología,
pero lo mínimo que se esperaba era pundonor en la cancha y por lo menos interés
en lograr la clasificación, incluso más allá de eso, intentar demostrar
cualidades futbolísticas que permitieran pensar que se contaba con un equipo alterno en la plantilla. Pero lejos de lo anterior, ayer se evidenció y se terminó de comprobar la abismal
diferencia que separa los titulares de los suplentes. El equipo que ayer representó a Junior de
Barranquilla carece no solo de nivel futbolístico sino también de hambre de
triunfo y al menos inteligencia futbolística.
Justamente serían los Pijaos quienes se irían arriba en el
marcador, el gol llegaría al minuto 30 con un potente disparo de Jhon Mendez
desde fuera del área, cabe aclarar que la marca hecha por Narvaez hacia el jugador fue completamente telepática,
dejándolo disparar sin ninguna dificultad. Tolima seguiría presionando en busca
del segundo gol, pero afortunadamente para Junior así terminaría la primera
mitad.
Es inconcebible que
tan solo al minuto 95 de juego se generara el primer remate directo al arco rival, es imperdonable
que con un hombre más que el rival - desde el minuto 53 - y dos más -desde el minuto 70 - el equipo no
haya podido, al menos, controlar el balón aprovechando esa superioridad numérica;
y es inaceptable que con solo nueve
jugadores el Tolima le haya pasado literalmente por encima al Junior.
Afortunadamente, tal como titulé esta columna, la SUERTE nos
acompañó, y con errores infantiles y también imperdonables para un jugador de
futbol profesional, Julián Quiñonez y
Breyner Bonilla se autoexpulsaron , y además este último adelantó el regalo de navidad otorgando un penal de oro al
cuadro Barranquillero. Penal que sería
ejecutado, de la manera más extraña posible, por Edinson Toloza para asegurar
la clasificación a semifinales.
Clasificación sufrida y poco trabajada, pero finalmente clasificación
que nos tiene con vida en los tres torneos.
Muchas, demasiadas cosas para aprender de lo vivido ayer, tanto para el técnico
como para los jugadores. Espero que
Alexis por fin entienda y aprenda qué es y cómo se hace una “rotación” y
comprenda que rotar no es cambiar todos los jugadores de una titular, rotar es
variar algunas fichas, pero manteniendo una identidad de juego, o en su defecto modificar un planteamiento al
cambiar jugadores por otros con características distintas. En todo caso rotar no es lo que se hizo ayer,
ayer se suplantó un equipo, ayer se improvisó con once jugadores en una cancha
y la verdad la sacamos barata.
Por otra parte, es tiempo que estos suplentes entiendan que están
en un equipo grande como lo es Junior, y que si están inscritos en la plantilla es porque asumimos
que tienen la capacidad futbolística necesaria para competir como
profesionales. Es hora que jueguen con
responsabilidad, entrenen con seriedad y suban el nivel, porque lo visto ayer por
TODOS los que jugaron fue impresentable, sinceramente no parecía un equipo
profesional y ya ha corrido bastante tiempo en la eterna espera de mejora algunos
jugadores.
El semestre sigue avanzando y aun hasta hoy, por suerte y/o
merito, seguimos con los tres objetivos, la pregunta es: ¿Hay plantel suficiente para afrontar las
estancias definitivas de los tres campeonatos? ¿O tendremos que renunciar a uno
o incluso dos de ellos para dedicarnos solo al más importante?
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