Con una gran muestra de jerarquía el
cuadro Barranquillero dio su primer paso en el camino a conseguir la
clasificación definitiva a la fase de grupos de la Copa Libertadores.
El partido ante Olimpia fue un juego no
apto para cardiacos, los 90 minutos se vivieron como en una montaña rusa,
altibajos en desempeño y resultado dejando a mas de uno, de los 15 mil que
estuvimos en el estadio, sin uñas, sin aliento y sin corazón.
Como era de esperarse los visitantes
plantaron su equipo en propia cancha, cerraron el acceso por el medio y con un
fuerte bloque defensivo cortaban las
opciones de ataque que desde el principio intentó Junior. Un palo en el poste derecho del arco rival
fue la primera alerta para los guaraníes, sin embargo lograr crear opciones
concretas de gol no era nada fácil ante la muralla establecida.
Tanto así, que el gol llegó por un tiro
de esquina ejecutado por Yimmy Chará y un soberbio cabezazo de Yony González
que se levantó varios metros sobre el césped y con una técnica perfecta envió
el balón al fondo del arco.
Pero con Junior se sufre siempre, justo
el que hasta ese momento era el mejor hombre en cancha del equipo, Victor
Cantillo, comete un error garrafal en la
salida, perdiendo el balón con Cuero que habilita a Camacho, quien sobrepasa fácil
a Pérez y con un zurdazo potente liquida a Sebastián Viera para la igualdad
sobre el final del primer tiempo.
Estadio en silencio, caras largas y
preocupación durante el entretiempo porque se necesitaban dos goles para
avanzar.
El chateo estaba sin wifi, en Teo se
evidenciaba la falta de ritmo que arrastraba por la lesión de la cual acababa
de salir, mientras que Chará seguía sin afinar puntería y juego colectivo con
sus compañeros. Al frente un equipo que
estaba consiguiendo su resultado y que jugaba con el tiempo y el resultado a
favor.
Por su parte, Alexis siguió confiando en
los once elegidos, no hizo cambios y saltaron los mismos para la segunda mitad.
Ninguno bajó los brazos y habría recompensa para, el que a mi modo de ver fue
la figura indiscutible de la cancha: Luis Carlos Ruiz. El samario anotaría el segundo gol de Junior
después de un saque de banda largo de Piedrahita que deja el balón en el área,
en el rebote Ruiz fusila al arquero rival prendiendo una luz de esperanza en el
camino a la clasificación.
Sin embargo, el resultado aun no era
favorable a Junior, faltaba un gol más. El estadio se prende en una sola voz de
aliento, los 15 mil presentes gritaban como si fueran 45 mil almas.
Alexis se dispone a sacar a Teo, pero el
de la chinita sabia que le faltaba dar algo de magia y le pidió dejarlo en
cancha unos minutos mas. Sale entonces
Pico e ingresa Luis Díaz.
Tan solo dos minutos después del
espaldarazo del técnico se frota la lámpara mágica, jugada antológica o como
declaró Daniel Garner, técnico de Olimpia: “El último gol fue una cosa de
locos, fue una jerarquía tremenda de esos dos jugadores” Ruiz y Teo hacen una pared perfecta y quien mas sino él,
el gran Don Teo con un minuto de inspiración termina la jugada a su manera, a
lo crack y manda el balón a lo más profundo de la red.
Locura total en el Metro y el que estaba
en deuda, saldó la cuenta con el gol de la clasificación. Acto seguido, inicia el ya conocido trabajo
de parto de todos los Junioristas, durante quince minutos finales y los casi
seis minutos de adición que tuvo el encuentro el equipo pudo cortar y rechazar
cualquier balón que llegaba al área. El
técnico ingresa a Narváez y a Ávila para mayor recuperación y mas presencia
aérea.
Victoria con alto grado de jerarquía del
equipo, algo que siempre se le pedía a Junior y estaba pendiente: saber
sostener un resultado favorable.
Para trabajar, claro que hay muchas
cosas, los laterales si bien mejoraron notablemente, aun tienen asignaturas
pendientes. Murillo no se dejó bailar como en Paraguay, esta vez neutralizo a
Cuero y no le permitió explotar la banda. Piedrahita unas de cal y otras de
arena, si bien aportó algo en salida, sus centros no están del todo bien
dirigidos y todavía le falta mas seguridad en defensa.
Los centrales mejoraron muchísimo en
comparación con el partido en Paraguay, el equipo completo aportó en el juego
aéreo y aunque no fue perfecto, fue suficiente para obtener el resultado. Incluso Viera, quien se vio comprometido en
el gol, tuvo mal contadas, seis atajadas importantes en los noventa minutos.
Los recuperadores GIGANTES, Pico y
Cantillo cada vez se consolidan mas en el medio campo. El lunar fue la pelota perdida en el gol de
Olimpia, pero en general su trabajo es para aplaudir, Pico recupera y organiza
todo en la mitad, mientras que Cantillo es mas libre en el terreno y trabaja
además como creador, distribuye balones a lo ancho de la cancha abriendo
espacios y siendo el socio de todos.
La figura y párrafo aparte para Luis
Carlos Ruiz, resistido desde siempre, está callando a críticos en la cancha. Premio merecido a quien dejó todo en el
terreno, no soló aportó en marca, bloqueó salida de defensas y arquero, sino
que también anotó gol y asistió de forma magistral para el tercero y
definitivo.
En conclusión, amigo juniorista celebre y
disfrute, no todos los días nos damos el lujo de eliminar a un tricampeón de
Libertadores en un partido tan entretenido y sufrido como el de anoche.
Ahora los pies en la tierra y la mira en
Guaraní, nuevamente Junior tendrá que visitar tierras paraguayas para sellar
por fin su pase a grupos. La llave
inicia en Barranquilla y cerrará en Asunción, esta vez con a presencia de una
cara rojiblanca mas: el Loco Alvez.
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