Mordisco de gloria.



Sin lugar a dudas el partido disputado en Santiago de Chile fue uno de los mejores juegos tácticos de la era José Néstor Pekerman, el estratega envió un claro mensaje a sus detractores en el país que se resume en: callen, aprendan y déjenme trabajar tranquilo.  El argentino dio un golpe de autoridad con un planteamiento táctico exquisito, inicialmente sorprendió a la gran mayoría – por no decir todos -  cuando dio a conocer la titular que saltaría al estadio Nacional.  En contra de todos los pronósticos el cuerpo técnico alineo tres volantes netos de marca (Torres, Sánchez y Mejía) por delante de la ya conocida línea defensiva de cuatro, dejó libre y solo a James Rodríguez en el medio  y en el ataque colocó como titular a Jackson y Muriel, pareja inicialista que no estaba en los papeles de nadie.  Como era de esperarse  lluvia de críticas durante la hora previa al partido, frases como: “saldrá a defenderse”, “nos van a llenar” y “No es momento para empezar a experimentar” inundaron las redes sociales;  pero sería solo cuestión de minutos una vez iniciado el partido para entender y comprender el porqué de la alineación.  
Chile salió a ganar el compromiso, los dirigidos por Sampaoli parecían hormigas en el terreno de juego, ocupaban todos los espacios y se movían con gran velocidad en el campo.  Esa fue la primera victoria de Colombia y de Pekerman, con su línea de tres volantes, redujo los espacios y tapono la salida de los laterales chilenos.  Además hubo sincronía entre las dos líneas defensivas que se evidenciaron con escalonamientos organizados para cortar las triangulaciones chilenas. 
A todo lo anterior hay que agregarle el trabajo de desgaste que realizaron James y Jackson, si bien su fuerte es de la mitad de la cancha para arriba, la presión que realizaron ayer incomodando la salida de los australes fue fenomenal.
Lastimosamente para la selección y para el cuerpo técnico todo el trabajo ordenado de la primera parte se vendría abajo en el último minuto.  Un cobro de pelota quieta lanzaría, momentáneamente, por la borda el sacrificio y la concentración de 45 minutos casi perfectos…. Arturo Vidal de cabeza anotó el gol chileno a tan solo segundos de finalizar la primera mitad.  Punto importante para corregir en los pocos días previos al choque ante Argentina, no es viable que nuevamente se reciba un gol en contra con pelota quieta, mucho menos de una selección en la que la gran mayoría son bajos de estatura, en el gol claramente se quedaron en marca Mejia (marcó con la mirada) y Murillo (marcó por detrás).
Ciertamente, duro golpe para la moral colombiana, golpe que se notó durante los primeros minutos del segundo tiempo.  Colombia estaba perdida y errática en el campo, sin  embargo la solución y el cambio vendrían justamente de la banca, a los 10 minutos de la parte complementaria  ingresa Edwin Cardona por Carlos Sánchez – quien se salvó de la expulsión después de una falta que bien pudo ser su segunda amarilla – y con él ingresó el socio que necesitaba el 10 colombiano.  A partir de ese momento la figura de juego cambió, Colombia con Muriel como figura, explotó los contraataques y justamente en uno de ellos sería el propio Luis Fernando quien desbordaría por izquierda dejando a dos defensas chilenos atrás  para luego realizar el pase de la muerte a James, el creador colombiano de media vuelta anotaría el gol del empate que al final significaría traerse de un mordisco un punto de oro de Santiago. 
A partir de ese momento todo cambió, Colombia creció en su juego y James apareció más en el ataque individual y colectivo; infortunadamente Muriel no pudo continuar y solicitó cambio después de haber dejado el alma en el campo,  en su lugar ingresaría el porteño Carlos Bacca.  
Por otro lado Chile sintió el gol en contra y así lo dejo evidenciado en su juego, disminuyó la velocidad de ataque y estaba errático en las entregas de balón, incluso cometió un claro penal sobre Cardona que pudo haber significado el triunfo colombiano, pero que no fue sancionado por el árbitro Enrique Cáceres, de discreta presentación, quien tampoco sentencio la falta sobre Jackson Martínez que le significo el cambio por Pipe Pardo.
En conclusión fue un muy buen partido de la selección Colombia con un resultado positivo que nos ayuda a sumar en la tabla, a eliminar dudas acerca del compromiso de nuestro cuerpo técnico y a callar las voces que pedían su cabeza y la de algunos jugadores.  Hay que tener en cuenta que anoche  la Selección Colombia con un James a medias,   prácticamente dos debutantes: Daniel Torres y Luis Muriel y jugadores sin minutos como Ospina y Zapata logró un empate y por poco un triunfo ante la que hoy por hoy es la mejor selección de Sudamérica.
Obviamente ante Argentina surgirán cambios en la titular y en la figura táctica, pero creo que ya el país aprendió la lección y la moraleja es:  Dejar trabajar tranquilo a José Néstor.  Él es un estratega en todo el sentido de la palabra y la experiencia y los años que tiene los tiene plenamente a disposición y en función de la Selección Colombia. 

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