Un sufrido
y agónico triunfo consiguió Uruguay al derrotar por la mínima diferencia a
Egipto. Con una muestra clara de garra y amor propio los charrúas consiguieron
el objetivo de los tres puntos a través del gol de cabeza de Giménez sobre el
cierre del partido.
Queda en el
tintero la sensación que Uruguay sufrió más de la cuenta, en el papel siempre
fue favorito sobre los egipcios, mucho más después que se conociera la ausencia
del principal referente rival Mohamed Salah.
Sin embargo, desde el pitazo inicial los faraones se encargaron de
cambiar la idea prediseñada que se tenía sobre ellos. Fue un equipo
extremadamente organizado en su juego táctico defensivo, logrando lo que muchos
equipos no han podido: neutralizar a la dupla Cavanni – Suárez.
La
efectividad de la defensa egipcia fue tal, que en el primer tiempo los
sudamericanos solo tuvieron dos disparos directos al arco, uno de Cavanni y una
opción clarísima de gol de Suárez que se fue desviada por escasos milímetros.
Para la
segunda mitad, los charrúas saltaron al terreno de juego adelantando sus líneas,
fueron los que más dominaron el esférico y convirtieron en figura al arquero El
Shenawy, quien atajó dos remates claros de Suárez y dos de Cavanni. Sin embargo, al adelantar sus líneas,
regalaron muchos espacios en el fondo que no fueron bien aprovechados por
africanos, es aquí cuando más se sintió la ausencia de Salah. Con él en cancha, tal vez la historia hubiera
sido diferente.
Para el
último trámite del partido, Egipto decidió replegar todo su equipo por detrás de
la línea del medio campo. El profesor
Tabarez modificó los jugadores de líneas laterales para darle una mayor
profundidad al equipo. Pero no sería
sino hasta el minuto 89 cuando en un tiro libre, posterior a una ingenua falta
cerca del área, llegaría el agónico y esperado gol al mejor estilo
uruguayo: centro de costado y se levanta
José María Giménez para enviar el esférico al fondo de la red y celebrar a
rabiar el gol de la victoria.
Victoria
con la que los del sur del continente rompen el hechizo de debutar sin triunfo
en un mundial, desde 1970 no alcanzaban un triunfo en su primer partido, en
aquel entonces fue 2-0 sobre Israel.
Lo cierto
es que Egipto sorprendió a muchos con su aplicación táctica y dejó ver a un
Uruguay, permeable y muy dependiente de la efectividad de sus dos delanteros,
quienes por cierto hoy, estuvieron ausentes en el partido.
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