Batalla Ibérica




Tremendo partido nos regalaron Portugal y España, un enfrentamiento sorteado para fase de grupos que perfectamente puede ser digno de una semifinal del certamen mundial.
Con una espectacular combinación de futbol, táctica, golazos y amor por la bandera los 22 jugadores nos deleitaron con noventa minutos de magia pura.   
La batalla ibérica cumplió con creces las expectativas generadas, desde el novelón que envolvía todo el camerino español, hasta las polémicas declaraciones de Ronaldo y un anhelado triunfo sobre su rival.
Entrando en materia, el partido no tuvo un claro dominador.  Al inicio del mismo, era Portugal quien lideraba y  muy temprano (minuto 4) se iría adelante en el marcador tras un gol anotado por Cristiano desde el punto penal después de recibir una clara falta de Nacho.
Cuando se pensaba que España estaba sumergiéndose ante su rival, aparecería el otro referente: Diego Costa en una acción de malicia y rebusque, solo contra el mundo, logra empatar el encuentro a los 24 minutos del primer tiempo.   Cabe aclarar que en la misma jugada del gol, los portugueses pedían falta de Costa sobre Pepe, pero tanto el árbitro como los encargados del Var consideraron que no había infracción. 
El gol le dio aire y vida a la selección española, que intentó desde entonces ejercer el fútbol de tenencia y dominio del balón.
Sin embargo, nuevamente aparecería la figura de la tarde para anotar el segundo en su cuenta personal, esta vez con complicidad enorme de De Gea que realiza un blopper infantil ante un remate directo de Ronaldo desde fuera del área.  Error y gol de Portugal sobre el final de la primera parte.
Para la segunda mitad, los equipos no bajaron el nivel de juego, por el contrario siguió subiendo la exigencia y seria nuevamente Diego Costa el encargado de empatar el juego a los 55 minutos.  Extrañamente los goles de España no obedecían a su usual juego colectivo de toque y toque,  por el contrario se iba a derivar de una pelota quieta y una habilitación de cabeza de Busquets para “el lagarto” que no perdonó anotando hasta ese momento la paridad a dos goles.
Portugal no se terminó de despertar de la igualdad cuando un balón mal rechazado le queda en el aire a Nacho que empalma un remate soberbio para fusilar a Rui Patricio. Golazo de España, en tan solo tres minutos, remontaba por segunda vez el marcador para irse arriba 2-3.
Pero la tarde de CR7 no había terminado, como tampoco sus goles a pesar de que su equipo se veía relegado en la cancha y por varios minutos sintió la superioridad española, que ya con el marcador a su favor logró reencontrarse con su juego de tenencia y adormecía el partido con tocatas largas escondiéndole el esférico a Portugal.
Cerca del final, gracias a que Portugal liderado por su capitán, no bajó los brazos, en uno de los últimos ataques del partido Piqué comete una falta al borde del área diseñada para la ejecución de CR7.  Tomando aire y distancia, el crack no decepcionó y por el contrario sorprendió a todos con un exquisito tiro libre inatajable para sentenciar el empate a tres goles entre estas dos potencias mundiales.
Con eso se cerraría el que hasta ahora ha sido el mejor partido de la copa del mundo, donde empataron los equipos, pero ganamos nosotros.  Glorioso espectáculo nos regalaron, festival de golazos y mas allá del marcador, queda la actitud envidiable de un líder en cancha como lo fue Cristiano Ronaldo.  Justamente él al finalizar el juego le dijo a todos y cada uno de sus compañeros: “Hasta el final.”  Y así es el futbol, hasta el último pitazo, hasta el último suspiro.  Así se juega un mundial, así se representa a un país. 
Solo resta decir, gracias totales por el enorme partido que nos regalaron, juegos así hacen que esperar cuatro años valga la pena.

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