Simpleza, esa es la palabra que debe hacer mella en cada uno de
los jugadores de Junior. Anoche en el
estadio Metropolitano el cuadro rojiblanco jugó, el que hasta hoy, ha sido el
partido mas tenue de este semestre. La verdad es que Junior no pudo encontrar
el manual del juego durante los noventa minutos ante un rival que se lo
complicó por muchas razones.
Rionegro planteó un partido defensivo, achicó los espacios
juntando las dos líneas de cuatro que paró en el gramado del Metropolitano y
gracias a esto logró anular casi por completo, a los cerebros gestadores de fútbol
en el cuadro tiburón. Los estandartes
rojiblancos como Cantillo, Teófilo y Díaz pasaron desapercibidos y no pudieron
encontrar el camino ni la forma de asociarse para buscar el arco rival.
En pocas ocasiones pudimos ver las acostumbradas sociedades y los
pases rápidos en el frente de ataque, las jugadas ofensivas de Junior no se
concretaron por dos razones: primero por los cortes del rival, que tenia casi
una marca personal sobre algunos jugadores de Junior y que además jugó con
pierna fuerte y concierta permisividad del juez y segundo, por exceso de
“adornos” para terminar las jugadas.
Junior se extralimito en buscar su estilo, en crear el juego lindo
y las jugadas de fantasías que suele tener. Además, anoche no se utilizó el
remate a larga distancia que debió ser una de las vías para romper la barrera
de Rionegro y en varios pasajes del partido, Junior se dejo meter en el juego
que propuso el rival.
Sin embargo, también hubo cosas por destacar en el cuadro
rojiblanco. Primero, el resultado, si
bien no se ganó, se logró un empate importante, se conservó el invicto y además
el empate se logró en un buen debut del chileno Matías Fernández.
Segundo, la inclusión de Enrique Serje, jugador que no había sido
tenido en cuenta hasta la fecha por el cuerpo técnico, incluso, inicialmente no
estaba en la lista de convocados para este partido y solo hasta el último momento fue incluido. El jugador tuvo un partido
destacadísimo, se vio muy bien en su posición, con un timing perfecto en los
cortes a avances rivales y tambien con un aporte importante en la ofensiva.
Tercero, la versatilidad de Luis Narváez, debido a la temprana
lesión de Jefferson Gómez, el jugador tuvo que ocupar la posición de defensor
central, cumplió las expectativas y no desentonó en ella, lo cual es
importante, teniendo en cuenta que los dos centrales titulares se encuentran
lesionados.
Tercero, como ya se había mencionado previamente, el buen debut de
Matías Fernández, el jugador con pocos días en Barranquilla ya cuenta con todo
el respaldo del cuerpo técnico que lo incluyó en el partido, obteniendo la
mejor respuesta que se pudo: el gol. En
los minutos que estuvo en el terreno, el chileno buscó ser el engranaje y el
socio en el medio para sus compañeros, desde que ingresó se le vio motivado,
hasta el punto que entró directamente con la convicción de cobrar un tiro
libre. No obstante, poco después, cerca
del final del partido, la recompensa fue el gol del empate.
Por otro lado, también hay que enumerar cosas que no anduvieron
bien, el equipo no supo desarticular la doble línea de cuatro del rival, no
pudo abrir espacios para romper la defensa y por mas que tuvo la posesión del
balón, no tuvo profundidad. El brillo de Díaz no estuvo, la genialidad de Teo
se opaco y por el contrario, se dejo meter en el juego del rival. Cantillo no
pudo desmarcarse con facilidad y por eso no fue fácil sacar al equipo desde el
fondo. Fuentes se vio falto de ritmo en
su reaparición y no fue certero en los cierres ni en el retroceso.
Sin embargo, no fue un mal resultado. No fue el mejor, pero tampoco perdimos, es
más, si se hubiese perdido ¿qué pasaba? O ¿es que acaso esperaban tener una
temporada perfecta? Quedo tranquila porque el equipo nunca renunció a buscar un
resultado positivo, quedo tranquila porque hay banca de la cual se puede “echar
mano” cuando se necesite y más que todo, quedo tranquila porque el profesor
Suarez fue bastante autocrítico y sereno en el análisis del partido: “Quisimos
hacer un gol soñado y ahí nos equivocamos. A veces es necesario ser más
simples”
Con los pies en la tierra, sabiendo lo que tenemos y conociendo el
objetivo que queremos se sigue trabajando en este proceso Junior.
Yo creo en el equipo, creo en el proceso, creo en el técnico y
creo en los jugadores que hay, en el ambiente se nota la motivación. Nadie dijo, ni esperaba un rendimiento de
100%, seguramente no solo vendrán empates, sino también algunas derrotas, lo
importante es identificar la falla y trabajar en ella. Jerarquía no es ser
imbatible, la liga apenas comienza y Junior sigue marcando el nivel ella.
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