El concierto de Papá




Líder parcial y con un partido menos, así amanece Junior de Barranquilla en la Liga Águila tras encajar su tercera victoria en línea en el campeonato. Recordemos que el cuadro rojiblanco tiene un partido menos, el juego de la primera fecha ante Tolima, aun así, podría terminar la fecha completa siendo líder solitario, todo depende del resultado de Cúcuta.
Inicio el blog recalcando la posición de Junior para partiendo de esa base, exaltar la labor del equipo y de toda la plantilla. Anoche en el Pascual Guerrero, Junior ganó con lo justo en el marcador, pero con mucho mas fútbol que su rival de turno.
Es cierto que no se mantuvo el nivel superlativo durante los noventa minutos, finalmente no estábamos jugando ante un equipo sin virtudes y el desgaste hace mella en los jugadores, sin embargo, lo hecho por Junior es meritorio de reconocimiento. 
El primer tiempo fue una sinfonía completa sobre el arte de jugar fútbol, sin temor alguno a equivocarme puedo afirmar que hoy por hoy Junior de Barranquilla es el equipo que mejor juego propone en el país.  Ayer, igual que en los partidos anteriores, la banda liderada por Cantillo, Teo, Sambueza y Díaz jugó a su antojo con la pecosa negra. El frente de ataque estuvo incontrolable en los primeros cuarenta y cinco minutos, jugadas a un toque por el centro, apertura de la cancha por las bandas, balones filtrados con paredes rápidas, transiciones posicionales, en fin un sin número de jugadas colectivas e individuales que nos remontan al que hasta ahora era el Junior que mejor jugaba, el Junior del 93 … pero, hoy por hoy, les puedo asegurar, que así como ese Junior marcó un hito en el fútbol, la plantilla actual esta imprimiendo una huella imborrable en la institución. No en vano, prácticamente esta misma plantilla es la que más lejos ha llegado en un torneo internacional.
Ahora bien, la sinfonía no solo estaba en el ataque, anoche TODOS jugaron excepcionalmente, los laterales Gutiérrez y Piedrahita se engranaron con los de arriba en varias oportunidades brindando opciones al ataque sin desproteger la marca, porque siempre regresaron rápidamente y pudieron cortar cualquier indicio de ataque escarlata. En el medio Narváez fue el capo que pedíamos, de su recuperación inició la jugada del fantástico gol del triunfo. Pincelazos de magia para poner el balón como un corozo desde la recuperación de Luis, el pase a Cantillo con la personal a Díaz, pared con Hernández y la habilitación a Sambueza para meterla al fondo de la red.
Fácilmente el primer tiempo pudo quedar 4-0, pero con uno solo que entró fue suficiente para manejar el partido y el resultado.  En la segunda mitad, aunque el nivel no fue tan abrumador, cuando quiso, Junior puso contra las cuerdas al América.  A pesar del bombardeo del equipo local con pelotas aéreas, la defensa rojiblanca supo controlar el resultado. Desde despejes de Gómez y Ditta (quién ingresó muy bien por Pérez que se retiró lesionado) hasta atajadas fantásticas de nuestro capitán Viera.
Algunos objetaran el triunfo con un “sufrimos más de lo necesario” y con “no tenemos efectividad”, sin embargo los invito a disfrutar, a deleitarse, a recordar el fútbol que nos gusta con esta banda que tenemos. No dejen que se opaque la magia de Teófilo, la creatividad de Sambueza, la clase de Cantillo, la exquisitez de Diaz, el temple de Narvaez, la funcionalidad de Hernández, la seguridad de Gomez, la explosión de Piedrahita, las ganas de Gutierrez, el amor propio de Perez, la confianza de Ditta, la jerarquía de Viera y la inteligencia de Suarez... lo que tenemos es una banda descontrolada!
Antes se exigía creación, ofensiva, ataque, hoy lo tenemos y de sobra, por donde quiera que se meta el balón hay una opción de ataque limpio. No ganamos sufriendo, ganamos con buen fútbol, con balón al piso, con jugadas a un toque, con gambetas, con jerarquía, porque jerarquía no es solo golear, jerarquía es saber manejar un resultado, saber ganar con un gol, saber defender un marcador. 
Anoche yo no vi los grammys, anoche yo vi el concierto de papá, vi gozarse a Junior en el cumpleaños del anfitrión, vi alternativas que ingresaron en cada cambio y rotación en la figura por parte del técnico, vi respeto de los jugadores por la camiseta, eso que tanto pedía hace mucho, hoy es un hecho. Es evidente en cada jugador el compromiso que hay hacia un objetivo común, es evidente el trabajo de un cuerpo técnico que reconoció que hubo errores en la rueda de prensa, pero no por eso se eclipsa el nivel de Junior.
Que hay cosas por mejorar, por supuesto, siempre las hay, pero que fantástico es empezar la semana con el aire en la camiseta de ir por el camino correcto, de saber que por fin el nivel y la vara en el fútbol colombiano la está marcando Junior de Barranquilla.

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